This ain't a goodbye.

Una serie de acontecimientos inesperados me trajo a postear apenas hasta estas fechas. Un sólo cielo, un destino, ¿si hay un final certero?

Crecimos juntos. Viajamos juntos. Comíamos juntos. íbamos a conciertos, dormíamos, desayunábamos huevos revueltos con salchicha, jugábamos en el chapoteadero de ese pueblo morelense, el pato manchutis, la pequeña cara de papa, el letrero del concierto de Korn, los inflables, Xochitla, nuestras primeras groserías en inglés, la cita para sacarle el pedigree a Mafe, el super Nintendo, nadie era tan bueno como Erick en eso... Y después sin saber por qué nos fuimos distanciando... mis problemas familiares, sus problemas familiares, habían dolores que nunca nos compartimos, pero fueron demasiado iguales. Acabamos con vidas paralelas, presencias esporádicas.

El exilio es de familia. Me fui a Francia. Y él huyó a Canadá. Se decidió y terminó por mudarse a Nueva Zelanda, donde estudiaba aviación. No nos volvimos a ver. Hablábamos ocasionalmente. Lo logró, pasó sus exámenes. Fuiste muy valiente y no me puedo sentir más orgullosa de ti. Y no me quiero cuestionar el por qué sino sólo reconocértelo. Lo lograste nene, tocaste las nubes. Y sé que en algún lugar que yo no sé dónde sea eso, me ves y me cuidas. Gracias, no me gusta despedirme, this ain't a goodbye honey pie, porque eso, para los cabrones no existe. Y menos el final. Descansa en paz primo.

1 comentarios:

Unknown dijo...

un abrazo tan....