Epístola

Estimado:
El día de hoy tomo un poco de mi tiempo para escribirle unas cuantas líneas que sé no leerá, pero uno nunca la sabe, las coincidencias se dan y las palabras vuelan.
Después de la extrovertida conversación de la mañana, usted me dejó pensando en usted. Me siento halagada por serle de confianza. A la vez, estoy orgullosa de esa decisión que tomó. Le reitero, la belleza que podemos darle al mundo no depende de nuestro dolor. Fue sabio de su parte reconocer su incapacidad para solucionar los conflictos que interfieren con su cotidaneidad.
Reciba todo mi apoyo y ese cariño incondicional que se ha ido arraigando a mi médula como un cáncer que me va matando lentamente. Si tan sólo supiera...
Con la ilusión de ser suya algún día (de nuevo)
La señorita P.
CURRENTLY LISTENING: House of cards- Radiohead

1 comentarios:

andrea dijo...

De lo mejor que he leído aquí.
El In Rainbows me trae loca estas últias semanas