Un point, c'est tout. Et encore une fois.

Esta historia termina mal. Porque creo nunca comenzó.

Dentro del juego de espejos se barajea la suerte y los caminos se expanden, crean redes vocálicas donde se ahoga el grito más reprimido que haya existido. Sin darte cuenta, tienes frente a ti una mirada oculta por unas gafas gigantescas y altamente fashionistas. Toma entre sus manos las cartas, te da una por una. Las aceptas con un aire incrédulo, no sabes qué es lo que sucede. Sin darte cuenta ya estás lejos, leyendo un artículo sobre termodinámica en la sala, una niña de aproximadamente tres años entra corriendo y te da un globo rojo.


Recuerdas que hace dos semanas pediste volar sobre Paris, pero estás en una locación distinta, el globo te lleva y besas la corona de la Estatua de la Libertad. Bajas la escalinata, en el camino escuchas un clavecín. Pero por supuesto, no tienes ni la más remota idea de cómo debe de sonar un clavecín. El ama de tu destino extiende el guante y se pavonea a tu lado, besa tus labios y en tu mente sólo queda el esbozo de una canción de She wants Revenge.


La sombra púrpura se apiada de tus memorias, te pregunta si sabes volar, si alguna vez lo intentaste. Lo recuerdas bien y le explicas que sí. No quiere tragarse tus palabras y te une a él. Un pretexto de inestabilidad desequilibra la barca, ésa que zurcaba los cielos nocturnos. Sólo hay niebla y tu propia voz repitiendo la misma historia una y otra vez. El viaje ya comenzó Pastel, más te vale tener listo tu miedo de bolsillo.


Currently listening: The sweets- Yeah yeah yeahs.

1 comentarios:

Adam Vázquez dijo...

nada objetivo y/o concreto
exigimos explicaciones