Pj party

Dargelos, Adrián. ¿Alguien alguna vez llevó la cuenta de la cantidad de cosas que bauticé con ese nombre?
Me gusta hacer nada.
Llamarte, que se me ocurran tantas cosas y no hacer nada.
Eso me gusta.

Glamour

Siempre imaginé la voz de Violetta ronca, profunda, intrigante. Una voz radiofónicamente sexosa.
Por otra parte, siempre había escuchado The passenger con Iggy Pop. Lo odio. Me encanta que en el último capítulo de Diablo Guardián Xavier Velasco haga referencia a esta versión de Siouxsie. One hundred percent violettesco.
Glamour, eso es lo que espero de mi vida.


french love


Crónica de martes


T - Ú


Use.less.useless.


Usualmente la lluvia desata mi fiera.


Ulterior. La melancolía aterrizó pasadas las tres.


Única la ironía de la cacofonía.


Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, uno.


Underneath the whole idea, just lack of non-sense.


Ultimátum. Llama y transfiere(me) tu aroma.


Usted me llena de propuestas indecorosísimas.


Upstairs, guardo tu corazón upstairs.


Unívoco es el sentimiento artificial de tardes gourmet.


Úsame.


currently listening: pogo-digitalism

I <3 him/her/cementeries and crumbles.

mi héroe es la gran bestia pop







Yo denuncio.

El día de hoy debería de encontrarme sumamente estresada por el comienzo del final (sí, sí, literal) de fin de semestre. Sin embargo, algunos sucesos del día de hoy me han dejado ultrajada.
Siempre supe que cursar segundo semestre con Eugenia Revueltas sería la materia del colchón, ésa donde no hay que opinar ni prestar atención, sólo sacar la caja de crayolas, el ipod, una revista y disfrutar. Sin embargo siempre algún comentario a lo largo de la clase termina por llamar mi atención y ofenderme/ emputarme/ reirme cínicamente: que si hay compañeritos bilingües en el salón, por favor alcen la mano sin vergüenza para que cuando yo levante la mía diga que no hay nadie y continúe con su monólogo, que si las niñas de escuela de monjas tienen la mente cerrada, que si entrar a la facultad de Filosofía y Letras es como un penal comparado con el negocio de la Ibero (porque es comprensible que las fachas de mis compañeritos asusten a la gente), entre otros comentarios desatinados y terriblemente racistas. Es inevitable no enojarme mientras recuerdo todo eso.
A pesar de ello, madame Revueltas me cae bien. La hija de Silvestre, y no de José como erróneamente pensábamos muchos, escupe conocimiento por donde puede, es culta y agradable, sin sentido cronológico pero bah, es Historia de la Cultura, su cátedra es aceptable.
Hoy la sra. Revueltas se sintió mal por la mañana y no llegó a clase. A cambio, su adjunta Chio a.k.a. la orejas-de-cocker-spaniel nos dio la clase. Oh sorpresa. Oh sorpresa desagradable. Cual achichincle, ella es quien califica todos nuestros trabajos, por lo cual le pareció pertinente leer los mejores trabajos para contrastarlos con otros que no son dignos de un estudiante de Hispánicas. Let the show begin. Sin prejuicio, me senté a escucharla, el texto que escogió se titulaba Del arte Pop al arte popular. No conozco a la mina que lo redactó, sin embargo me la imaginaba comprando cd's de Bowie y jugando a ser toda una Fluo Kid letrada, irreverente pero con buenas bases. Repito, el texto empezó bien, una descripción sobre la Alameda y el cómo la mujercita llegaba hasta el Franz Mayer.
Dos palabras reinaron en la descripción del museo: ESNOBISMO INTELECTUAL. Y para la autora, a eso se reduce toooooooodoooooo lo que es posible encontrar ahí dentro. Y seguía "el arte no es para todos...", una postura ESTÚPIDA, sin argumentos coherentes, ofensiva y demás mierdas.
Después de que todos quedáramos más que al tanto que para la señorita X el arte decorativo es frívolo, excluyente y elitista, siguió con su descripción sobre el Zócalo y el museo nómada, contra el cual también despotricó con rabia, atribuyéndole que Bob Dylan no pudiera tocar en la Plaza de la Constitución por semejante armastote. [YO NO APOYO EL MUSEO NÓMADA, PERO EL ARGUMENTO DE MI COMPAÑERITA ES UNA PENDEJADA]
Sin coherencia alguna, la autora cambió de tema radicalmente, lamentándose que en nuestro putrefacto país tercermundista (parafraseo) todo sea dinero y, de nuevo, arte convertido en esnobismo intelectual, una nación que deja a su pueblo en la ignorancia sin poder apreciar el folklor capitalino, pues caminar entre merolicos y puestos con olor a garnacha es bien instructivo.
Encima de todo, la estructura del trabajo era mala: sin congruencia, sin hilo conductor ni buena puntuación.
Cuando la adjunta terminó de leerlo, un sentimiento nefastísimo se apoderó de mi piel: IMPOTENCIA. Alabó y reconoció el valor de mi compañerita por tener carácter para denunciar el cómo son las cosas.
¿Qué debería de causar más revuelo? ¿Con quién enojarme, a quién reclamarle? ¿Cuál es peor, la adjunta, la mocosa o yo? ¿Bajo qué parámetros se califica un trabajo en mi Facultad?
Yo denuncio. Yo exijo una explicación del por qué ese trabajo fue considerado uno de los mejores, cuando lo único que hace es quejarse sin proponer, meterle ideas a la gente, atemorizarlos con el arte.
¿Desde cuando el arte atemoriza, discrimina y juega un papel de clase social en vez de mera expresión? ¿Cómo carajos la adjunta puede aprobar esa aberración? ¿Quiénes son mis compañeritos de banca? ¿Estaré acaso conviviendo diariamente con gente cerrada, que prefiere el olor a garnacha que la exposición de textiles de Marimekko?
Nena, te preguntabas por qué el país está así de jodido, ¿no? Te regalo la respuesta (y por favor no me consideres esnob intelectual): por gente como tú.

lazos sanguíneos

Tecnología.