Los tonos estivos de Grant Park comenzaron a tornarse púrpuras, violáceos, verdes fluorescentes, azules, un estado azul crónico. Los promocionales de AT & T eran desmontados del escenario mientras una cortina de LED lights sería utilizada para el juego de luces del concierto de Radiohead.
El programa oficial del Lollapalooza hablaba de una aberración con respecto a las personas que nunca habían escuchado a Radiohead. Sumergirse en discos y en recuerdos. Viajar para alcanzarlos. Por fin estaban allí, cinco figuras emblemáticas, polémicas y trasgresoras. Revolucionarios. Melómanos. Humanos.
La piel se permeó de armonías y una sublimación sonora se encargó de desprender las plantas de los pies de los 75,000 asistentes de esa noche de viernes. La selección de canciones fue concisa y secuencial, sin huecos ni decepciones, sino un equilibrio temporal, donde no existen límites sino prolongaciones y frecuencias, ondas invisibles y penetrantes. Canciones que hablan sobre estados previos y posteriores, pero nunca sobre un presente fijo y suspendido. Dos horas que no fueron más que simple inestabilidad emotiva. La más bella que haya existido.
Entre experimentación y ritmos cromáticos se refugiaron cientos de pensamientos, roces, silencios y gritos. Acordes y verdades, Radiohead es lo más interesante que le ha sucedido a la industria musical desde hace dos décadas.
15 STEP/ AIRBAG _ THERE, THERE/ ALL I NEED _ NUDE / WEIRD FISHES/ARPEGGI _ THE GLOAMING/ THE NATIONAL ANTHEM _ FAUST ARP / NO SURPRISES _ JIGSAW FALLING INTO PLACE / RECKONER _ LUCKY / THE BENDS _ EVERYTHING IN ITS RIGHT PLACE / FAKE PLASTIC TREES _ BODYSNATCHERS / VIDEOTAPE _ PARANOID ANDROID/ DOLLARS & CENTS _ HOUSE OF CARDS / OPTIMISTIC _ 2+2=5 / IDIOTEQUE.
Después sólo quedó la resaca del concierto. Amor encapsulado en angustia de abandono, miles de personas caminando de vuelta a sus hogares, a sus impersonales cuartos de hotel, a reincorporarse en la monotonía de la cotidaneidad. Extraños unidos por la complicidad de uno de los mejores conciertos de mi vida. No soy la única con esos pensamientos...
